La analítica web es el proceso de convertir los datos de comportamiento en información. No basta con conocer el número de visitas o de abandonos de carrito: necesitas entender los caminos que siguen tus usuarios, las fricciones latentes, lo que convierte y lo que disuade. En PHI abordamos la mirada más allá de los informes de siempre. Medimos todo lo que pasa en el sitio, desde el primer clic hasta la conversión final, con datos cuantitativos y cualitativos que nos permiten optimizar continuamente.

Para nosotros la analítica web no es solo “mirar”. Es aplicarla para refinar estrategias, descubrir oportunidades, evitar errores y ampliar aciertos. Por eso implementamos procesos robustos de medición, atribución, conversiones y coste por canal/campaña. Pero no solo recopilamos datos. Construimos dashboards personalizados, integrados y en tiempo real para que nuestros clientes visualicen y comprendan el pulso de su negocio digital. No amamos los datos, amamos interpretarlos, darles contexto y convertirlos en acciones.

La parte técnica es clave en todo lo que tiene que ver con analítica. Creamos etiquetados avanzados con Google Tag Manager sin que el cliente tenga que tocar una línea de código. Capacitamos a su equipo en la herramienta y nos aseguramos de que todo evento relevante esté siendo medido: clics en botones principales, vistas de producto, scroll profundo, envíos de formulario, errores de pago. Y más aún: creamos sistemas de alertas automáticas que detectan caídas, anomalías o desviaciones fuera de lo normal. Es mejor prevenir que curar.

La analítica, transformada en inteligencia estratégica, impulsa la optimización continua. Creamos y ejecutamos test A/B, multivariables y experimentos en landings, formularios y embudos completos. Medimos tasas de conversión por segmento, canal y etapa del funnel. Aquí la analítica deja de observar y comienza a jugar: todo experimento tiene una hipótesis, un objetivo medible y una mejora real en la caja. Esa cultura de la experimentación es parte de nuestra filosofía: no tememos probar, fallar rápido, aprender más rápido. Solo así sabemos qué funciona.

A esto sumamos una pieza clave: los cuadros de mando. Desarrollamos dashboards con KPIs de negocio: conversiones, leads, CAC, LTV, churn rate o tasa de recurrencia. Nuestros clientes los consumen en espacios colaborativos, con alertas automatizadas ante desviaciones y con estructuras que orientan la toma de decisiones. Menos suposiciones, más datos.

Pero la verdadera diferencia no la hace el dato ni la visualización, sino el saber interpretarlo. Todos los clientes de PHI se reúnen con nosotros regularmente para revisar resultados, refinar hipótesis y planificar el siguiente paso. No entregamos informes fríos para que alguien los lea en soledad. Trabajamos mano a mano con ellos. Somos el copiloto estratégico que no solo te muestra el camino, sino cómo leer el mapa.

Y todo aprendizaje se enlaza con todo lo demás. La analítica nutre al resto de disciplinas que ofrecemos en PHI. Si observamos que una página principal tiene un alto porcentaje de rebote, formulamos una hipótesis de rediseño. Si vemos que una audiencia convierte mejor en mobile que en desktop, adaptamos campañas y landings para potenciarlo. La analítica no es un informe, es un sistema vivo de toma de decisiones.

Mi promesa es hacer de este servicio un servicio de vigilancia activa, diagnóstico permanente y laboratorio de mejora continua. Para nosotros, una campaña no es “exitosa” solo por impresiones, clics o incluso conversiones. Queremos saber si inspira a la acción, si fideliza, si escala. Por eso siempre el primer paso es una auditoría de medición: auditamos etiquetados, estructura de seguimiento, plataformas y objetivos. Y a partir de ahí desarrollamos un sistema fuerte, estable y escalable.

Aplicamos modelos de atribución para conocer el valor real de cada canal, combinamos datos de diferentes fuentes (web, CRM, campañas, SEO, social media, etc.) y definimos métricas específicas para cada negocio. Porque no todas las empresas son iguales. Un ecommerce no es lo mismo que una escuela de formación o una marca SaaS. Cada modelo tiene sus propias métricas y en PHI las respetamos, las entendemos y las medimos.

Lo mejor que traemos con este servicio es que le damos el poder al cliente. No queremos que nos necesites para saber si estás creciendo. Por eso formamos a los equipos para interpretar dashboards, formular sus propias hipótesis y tomar decisiones de forma autónoma. Queremos clientes más inteligentes, más rápidos y más seguros en sus decisiones.

Mi propósito con la analítica web es que todas las marcas con las que trabajamos en PHI tengan un sistema de medición transparente, de utilidad y enlazado al negocio. Que dejen de seguir intuiciones y empiecen a decidir con datos. Que comprendan que la analítica no es un gasto tecnológico, sino el multiplicador de ganancias digitales.

Mientras otros apuestan a ciegas o por intuición, nosotros no. Queremos que cada dato sea una orientación, cada análisis un motor, cada panel un reflejo del negocio. No para aprender más, sino para hacer mejor y más. Porque cuando entiendes lo que pasa en tu web, todo lo demás se vuelve mejor. Y ahí empieza la magia. Con números, sí. Pero sobre todo con visión, criterio y estrategia.